La verdad es que son muchas las especies de algas que existen en el mar y de las que es posible hallar en las playas algún fragmento arrastrado por las olas. De las cuales son más comunes las algas verdes que se encuentran en los fondos menos profundos y crecen hasta casi rozar la superficie del agua.
En las zonas más profundas viven, en cambio, las sugestivas algas pardas y las algas rojas. Recientemente se ha demostrado que la distinta distribución de las diversas algas en los fondos marinos obedece a un motivo definido. En efecto, los pigmentos de color que las caracterizan sirven para facilitar a estos organismos la utilización de la luz solar, que en las zonas profundas sólo penetra muy débilmente.
Los rayos rojos, por ejemplo, los filtra primero el agua del mar y se detienen por tanto a muy escasa profundidad. Estos rayos son prácticamente los únicos que utilizan las algas verdes, que por este motivo se encuentran en los fondos más próximos a la superficie. Pero las algas pardas, y especialmente las rojas, pueden vivir incluso más allá de los 100 metros de profundidad, porque pueden utilizar hasta los rayos verdes de la luz solar, capaces de alcanzar tales niveles del fondo marino.
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